jueves, 4 de noviembre de 2010



Aquella noche, aparcados en un área de servicio, rebuscando en los recovecos del automóvil, Sara y Rafael encontraron un viejo casete. La curiosidad les pudo, también la etiqueta desgastada en la que aún podía leerse: “canciones para el verano”. Así que se abrazaron, se tendieron muy juntos en la parte de atrás de la furgoneta y mientras miraban las estrellas disfrutaron de la música.

No hay comentarios: